Bienvenida

Catoute

domingo, 28 de septiembre de 2014

MARATONDONOSTIA 2014 SEMANA -10

MARATONDONOSTIA 2014

Pues después de tanto bla, bla, bla sobre MARATÓN , ¿qué tal si ponemos en práctica algo de lo que hemos hablado?. Porque una cosa es predicar y otra dar trigo.  Y para ello podemos elegir un MARATÓN cualquiera, por ejemplo, el de San Sebastián.

Realmente ya lo empecé a preparar cuando terminé el anterior, que fue el de Valencia, pues desde entonces le estoy dando vueltas. Como hay que empezar descansado, la segunda parte de Julio y los primeros días de Agosto, inactividad total en esto de correr, y luego empezar poco a poco. Así nos ponemos a diez semanas del treinta de Noviembre.


 Las herramientas principales están preparadas y desde este momento, prioridad total para el MARATÓN.  

En esta semana menos diez se inicia formalmente la preparación específica. ¡A disfrutar de cada día de entrenamiento como si fuera el último!: Trotes, gimnasio, circuito, cuestas, abdominales, cambios de ritmo cortos. Y terminamos la semana con tirada algo larga. Sin pareja me fui a Pareja a pasar una mañana espléndida. 
Gentileza de Christian Gallegos

Con noventa y tres kilómetros más en las piernas, termino la semana con mejores sensaciones que cuando la empecé. Y ahora rápidamente a descansar que viene la siguiente semana.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Hablemos de MARATÓN (I y II)



Cuarenta y dos mil ciento noventa y cinco metros
Veintiséis millas y trescientas ochenta y cinco yardas


Hablemos de maratón (I)

Aunque la palabra Maratón se utiliza para calificar a muchos eventos cuando son de una larga duración, vamos a hablar de MARATÓN, la disciplina por excelencia dentro del atletismo. La única que oculta lo que realmente es, y desde luego la que más épica, misterio y tradición encierra. Y aunque la distancia hace referencia a la que existe entre las ciudades de Atenas y Maratón, no vamos a entrar en por qué es la distancia que es, únicamente decir que tuvo algo que ver en ello una hija de la Gran Bretaña. Pero para hablar nos va a dar lo mismo cuarenta mil, cuarenta y dos mil o cuarenta y cinco mil metros.
Se debe desmitificar el MARATÓN. Podemos decir que casi cualquier persona puede hacer la distancia de un MARATÓN. Te lanzas a ello y ya está: corres, andas, descansas; hagas lo que hagas, termines como termines.
Otra cosa es correrlo. Esto no es tan fácil, aunque también lo pueden hacer muchas personas. Requiere una cierta preparación. Porque aunque lo termines, puede que tengas que hacer tramos andando, que tengas que parar, y esto no es correrlo.
Por último estaría lo que es CORRER MARATÓN, ser MARATONIANO/A. Aquí podríamos encuadrar a las personas que hacen la distancia con la mejor preparación y en el menor tiempo posibles. Por supuesto de acuerdo a los deseos, posibilidades y capacidades de cada uno.
Vamos a hablar de cómo entiendo que se debe CORRER MARATON. No hay que engañarse, no es lo mismo ponerte a correr sin ton ni son y ya veremos a ver qué pasa, que ponerte en la línea de salida con la capacidad suficiente de hacer frente a todo lo que se va a venir encima. En el primer caso serás un barco a la deriva en media de la tempestad; en el segundo serás el capitán de un barco bien preparado dispuesto a hacer frente a cualquier tempestad y salir airoso. Porque tempestad la va a haber, y mucha. No hay que olvidar que en un MARATÓN vamos a llevar a nuestro organismo a situaciones muy exigentes, a veces, límite; y para salir airosos se necesita……...

Empezamos la preparación. Para empezar la preparación se deben tener en cuenta muchos factores: genética, edad, sexo, peso, complexión física, hábitos,  historial deportivo sobre todo en carreras de fondo, tiempo disponible, determinación mental, enfermedades o problemas físicos que se tengan o puedan tener, etc.
¿Cuántos kilómetros tengo que hacer?. Los que queramos, pero una cifra mínima sería de unos cuarenta o cincuenta kilómetros semanales durante doce o quince semanas. En cualquier caso cuantos más, mejor. Pero eso sí, siempre que se asimilen correctamente, si no, no nos servirán más que para lesionarnos, sobreentrenarnos, pasar malos ratos y en el mejor de los casos, para nada.
Y ¿qué tiempo puedo hacer en un maratón?. No me equivocaré mucho si digo que entre dos y cinco horas entraría todo el mundo que prepare un maratón. ¡Ale! Bueno, acotando un poco más, entre dos horas veinte minutos y cuatro horas treinta minutos. Realmente la marca que podamos hacer en maratón no es necesario que vayamos a buscarla. Entrenando adecuadamente, saldrá.

El “otro entrenamiento”. Porque no todo es correr y correr. Hay otras muchas cosas que hay que hacer para preparar adecuadamente un MARATÓN. Aquí habría que hablar:
Del reconocimiento médico, que una persona que practica deporte a una cierta intensidad debería hacer periódicamente. Si hablamos de MARATÓN con más motivo. No debemos olvidar que la preparación y la competición en sí nos puede reportar muchos beneficios, pero también conlleva ciertos riesgos.
Del descanso, sí de ese de cama y sofá: físico,  fundamental para asimilar todo lo que vamos a hacer y mental, porque en muchos momentos hay que tirar de neuronas.
De la alimentación, pues vamos a someter a nuestro organismo a un desgaste importantísimo y tenemos que recuperar rápido y bien. Debemos comer de forma muy variada y que no sean alimentos precocinados o preparados. Mucha pasta, arroz, legumbres, frutas y verduras, yogures, pescado y carne. Y debemos evitar bollos, dulces industriales, fritos, rebozados, embutidos, panceta…. que son auténticas bombas de relojería. Aquí también se podría hablar de suplementos deportivos. Con una buena alimentación no serían necesarios, pero por si acaso , se puede tomar un complejo vitamínico durante algún tiempo.
De la hidratación, pues vamos a sorprendernos de la cantidad de poros que tiene nuestra piel. Debemos reponer todo el líquido perdido, pues nos va a servir para refrigerar la maquinaria. Y junto con el sudor también se pierden sales y minerales que hay que reponer.
De la obediencia; a nuestro entrenador, claro, pues si toca trote suave, no procede el ir a cuchillo.
Del entrenamiento en grupo, pues aunque a veces estemos solos, el grupo nos dará fuerza en los momentos difíciles, podremos contar nuestras miserias y escuchar las de los otros y acabar con éxito entrenamientos que al principio nos parecían imposibles. Pero, ojo, también tenemos que saber hacer entrenamientos en solitario. Y mucho cuidado con los piques, a veces son buenos, pero también hay que saber esconderse y no entrar a todos los trapos.
Del saber escuchar a nuestro cuerpo, y no me refiero a poner la oreja en la tripa o cosas así, si no de saber diferenciar una molestia, un dolor, un mal estado. Saber decir “alto” en el momento adecuado. Aquí habría que recurrir a la sabiduría popular: Si el cuerpo te pide vino, dale vino; si te pide agua, dale más vino.
Del cuidado de la salud, pues según vayamos cogiendo forma nuestro organismo será más vulnerable y si caemos enfermos se nos puede ir al traste la aventura.
De la visita al fisio o masajista, pues el masaje nos va a prevenir lesiones y si caemos en alguna nos tienen que solucionar la papeleta.
Del fortalecimiento General, que hará que nos hagamos casi inmunes  a las sobrecargas o a las lesiones. Hará que tengamos más velocidad y que corramos más rápido.
De los estiramientos, que harán que nos recuperemos mejor.
De la técnica de carrera, que nos hará optimizar el esfuerzo y evitará lesiones o sobrecargas: con el mismo esfuerzo iremos más rápido.
Del material. Nos vamos a dejar de tonterías y nos centraremos en unas buenas zapatillas, que no tienen que ser las más caras, si no las mejores para nosotros. Además usaremos más de un par que iremos alternando. El resto de equipamiento tiene menos importancia. Nunca debemos estrenar nada el día de la competición, y menos las zapatillas.
Del ENTRENADOR. Figura a mi modo de ver casi imprescindible. Nosotros mismos NO podemos ser juez y parte. Siempre podemos seguir unas pautas que nos digan otras personas o que veamos en internet o que sean fruto de nuestra experiencia. Un entrenador es eso y mucho más. Nos tiene que conocer y adaptar todos los estímulos necesarios para obtener el máximo rendimiento con los menores riesgos . A veces nos dirá que paremos y otras que nos dejemos de tonterías y nos pongamos manos a la obra. Eso sólo lo puede hacer una persona con conocimiento, experiencia, ojo clínico y paciencia, mucha paciencia.

Llevamos ya un buen rato hablando de esto de correr MARATÓN y todavía no hemos dado un paso. Pues todavía no lo vamos a dar.

Ve preparándote psicológicamente, porque fuera de tu entorno de correr, nadie va a entenderte, comprenderte y no digamos animarte. En el mejor de los casos, te tolerarán. Serás poco menos que un apestado.

¿Quién puede entender que todos o casi todos los días salgas a correr, haga frío, calor, viento, llueva…. con lo que cuesta?, ¿no estarás mejor sentado en casa tranquilamente?. Y ¿qué me dices de esos días de tiradas largas y más largas que entre quedar, correr, estirar, charlar se te va media mañana?. Como es festivo todos aprovechan para dormir un poco más. Tú aprovechas para levantarte antes y así estar de vuelta antes de que ellos se levanten. Además eres muy voluntarioso y aprovechas para hacer algunas tareas domésticas, haces algo de limpieza, vas a comprar, recoges la lavadora, planchas, preparas la comida, les recoges el desayuno y después llevas a los niños al parque y tomas el aperitivo, aunque no te guste. Y todo para que no te pongan mala cara cuando digas que vas a correr. Y entre semana te ofreces voluntario para llevar a los niños a actividades, así aprovechas también para entrenar y con un poco de suerte este tiempo no cuenta. Y nunca vas a decir NO a NADA y además todo con buena cara, a pesar de que algunos entrenamientos sean muy exigentes y no tengas el horno para bollos. Y ¿con quién vas a hablar de todo esto, de los isquios, gemelos, sóleos, ritmos, piques…?. Con nadie, únicamente con alguien como tú. Y de esos no hay muchos.

Y no se te ocurra caer enfermo. Serás la diana de todos los reproches: Que si no comes bien, que ya te lo decía yo, que tienes mal aspecto, que a quién se le ocurre salir con el frío que hace, que ya no eres un chaval, que no se te ocurra coger la baja y faltar al trabajo…..Y mañana entrenamiento de umbral. Y si por alguna desgracia tienes que ir al médico, no le vayas a decir que estás preparando una carrera de cuarenta y dos kilómetros; aparte de que te dirá que dejes de correr, te echará de la consulta con cajas destempladas porque hay otras personas más necesitadas.

En tu trabajo te dirán que sí, que eres muy cumplidor, que nunca faltas, ¡pero estás tan delgado!. ¿Te pasa algo?. También te darán muchos ánimos: que si correr es de cobardes, para qué corres si no vas a ganar, uh! el puesto quinientos (o cinco mil) tenías que ir muy despacio, eh!.

Lo que no saben todos es que estas dificultades hacen que mentalmente seas más y más fuerte. Nada va a poder contigo. Vas a conseguir correr un MARATÓN y hacerlo controlando todo lo que lo rodea.

Hablemos de maratón (II)

Han pasado unos días y ya podemos usar el conciertódromo. Aunque eso sí, con limitaciones. Pero bueno,  ¿empezamos a correr o no?. Que el MARATÓN está a la vuelta de la esquina. Pues sí, vamos a empezar a correr, y mucho. Pero antes vamos a hacer un esquema general de lo que nos espera para no llevarnos a engaño.

Nuestra preparación específica para el MARATÓN nos llevará unas diez o doce semanas, contando, eso sí, con un período preparatorio de unas cuatro a seis semanas en el que no haremos muchos kilómetros, pero sí bastante preparación de base y fortalecimiento.

Centrándonos en estas diez o doce semanas, se puede dividir la preparación en cuatro partes, de unas tres semanas cada una:
La primera será de adaptación, continuando con el período preparatorio del que venimos. Seguimos haciendo kilómetros y más fortalecimiento.

La segunda aumentaremos kilómetros y seguiremos fortaleciendo. Aquí habrá muchos cambios de ritmo y según pasan las semanas nos encontraremos más rápidos.

La tercera puede ser de tres o cuatro semanas y será la más dura y la más importante de toda la preparación. Seguiremos con el aumento progresivo del kilometraje, aquí estará la semana donde haremos el máximo número de kilómetros. El ritmo también lo iremos aumentando. En la segunda parte de esta fase debemos de estar más atentos a posibles sobrecargas. Notaremos cansancio, a veces mucho cansancio. Nuestras piernas estarán continuamente fatigadas, y aprenderán a correr así, en fatiga. Muchos días de entrenamiento serán un infierno, puede que lleguemos a pensar que no seremos capaces de seguir, pero seguimos. Se puede hacer al inicio y al final de esta fase una competición de Medio Maratón. Si es al final no conviene forzar la maquinaria, pues puede que tardemos en recuperarnos y comprometamos entrenamientos importantes. Si no se compite, no pasa nada.

La cuarta fase será de dos o tres semanas. Esta es la más reconfortante. Los kilómetros van disminuyendo y nuestros ritmos aumentando. El trabajo de fortalecimiento va a menos. Vamos viendo la luz al final del túnel y nos empezamos a creer que podemos con todo. Sobre todo la última semana. En ésta primará el descanso y los ritmos de entrenamiento pueden dispararse. El Tapering, o reducción del volumen de trabajo, ha hecho sus efectos. Ojo, pues ya no tenemos nada que ganar y sí mucho que perder. No cambiaremos nuestros hábitos alimenticios, si acaso aumentaremos los hidratos de carbono en la segunda parte de la semana. 

Después del MARATÓN, llegan unas cuatro o cinco semanas en las que vamos a vivir de las rentas. Si todo la hemos hecho bien, pasados unos días de recuperación, podremos con poco entrenamiento obtener buenos resultados en competiciones de diez o veinte kilómetros.

Bien, pues ya estás avisado. Ahora a calzarte las zapatillas. Al principio todo se lleva bastante bien. Se corre menos de lo que pensabas y  se hacen otras cosas en su lugar. Pero vamos cogiendo ritmo. Puede que aparezcan algunas agujetas. No pasa nada, desaparecen ellas solas. Como haremos la preparación en grupo, los que preparáis MARATÓN siempre empezáis los primeros y termináis los últimos. Poco a poco vas notando que vas mejorando tu ritmo. Harás trotes rápidos y lentos, cambios de ritmo cortos y largos. Entrenamiento de Intervalos, más cortos y también más largos. Trabajaremos las cuestas. Pero sobre todos los entrenamientos, los más importantes van a ser los de umbral o series largas y las tiradas largas en progresión. Aquí nos vamos a aproximar al ritmo de competición por arriba o por abajo y lo repetiremos hasta la saciedad. En estas sesiones entrenaremos el avituallamiento líquido y sólido (geles). Y también probaremos la indumentaria de la competición, sobre todo las zapatillas; que no deberán ser nuevas totalmente,  ni que estén para tirar. Y si durante todo este tiempo de preparación tenemos algún malestar, molestia (antesala del dolor), o dolor, no hay que dudar en levantar la mano, como los ciclistas, y pedir ayuda a nuestro equipo o al coche neutro. Nos pueden ajustar el freno, cambiar la rueda o incluso la bicicleta, y podremos seguir con nuestra aventura, porque al MARATÓN hay que llegar en buenas condiciones.

El día previo a la competición será de nervios, impaciencia, cierta tensión, por lo que habrá que entretenerse lo más posible, pero no cansarnos. Sobre todo pensando que nos hemos trasladado a otro lugar. Paseos, sí, pero cortos y suaves. Hay que procurar dormir la siesta, comer o cenar hidratos, aunque no pasarnos y estar muy bien hidratados. Y de noche pronto a la cama, porque aunque no podamos dormir bien, sí descansaremos, y con eso será suficiente para el día siguiente.

Nos levantamos dos o tres horas antes de la carrera, desayuno sin hacer experimentos, nos movemos, bebemos algo, vamos al aseo…..

Pues con todo el entrenamiento hecho, vamos a la línea de salida. Calentamos trotando un poco y haciendo algunos movimientos articulares. No debemos olvidarnos de aplicar vaselina en las zonas de más roce: ingles, axilas, pezones, pies; gorra y gafas pueden ser necesarias. Y nos colocamos en nuestro sitio. “No tengo buenas sensaciones, noto las piernas como cansadas……”. No te preocupes, vas cargado de gasolina y tienes que empezar a quemarla para que te encuentres bien. Ten muy en cuenta la meteorología. Ya sabes que no es lo mismo correr con frío, con calor, con viento, con lluvia, con cuestas… (con todo junto).

¡PUM!. Tranquilo, no te aceleres. Más vales pecar por ir algo más lento en los primeros kilómetros que por pasarte. A partir del quinto kilómetro ya debes ir a tu ritmo y empezar a tener buenas sensaciones. ¡No vayas haciendo cambios de ritmo!. En los avituallamientos no te aceleres, pues suele haber algo de barullo, sobre todo al principio; es preferible quedarte a cola de grupo. Pasarás por el kilómetro diez por el quince y por el veinte. “¡Qué buenas sensaciones!”, pero no vayas más deprisa, ya sé que puedes . Nuestro cuerpo y nuestra mente van cogidos de la mano y ninguno abandona al otro porque saben que si no van juntos no son nada. Las sensaciones son inmejorables: vamos sin cadena, como diría un ciclista. Sí, ya sé que puedes ir más rápido, pero vas al ritmo que debes ir. Aparte de beber, por el kilómetro veinte o veinticinco aprovechamos para tomar un gel o algo similar, y en el treinta o treinta y cinco, otro.

Te cuesta más mantener el ritmo, las piernas se niegan a obedecer y el cansancio se generaliza en todo tu cuerpo: ¡empieza el MARATÓN!. Ahora es cuando van a salir todos los entrenamientos realizados y toda la planificación de la carrera, porque hasta el treinta o treinta y cinco llega cualquiera, pero a partir de aquí…... Los pies se pegan al suelo y no quieren dar un paso más. ¡Mantén el ritmo!. Si fuera necesario lo disminuyes, pero ¡no te pares!. “Me siento cada vez peor, hoy no es mi día, con terminar me conformo, estoy muy cansado….”. ¿Pero qué estás pensando?. Eso es algo impropio de un MARATONIANO/A. Déjate de tonterías y céntrate. Claro que estás cansado, ¡todos estáis cansados!, pero tus piernas pueden correr en fatiga y lo has entrenado como el que más. ¿O acaso después de esos entrenamientos interminables no te escocían las piernas?. Sí, ya sé que no tanto. Ya sé que esto es el Infierno, o algo muy parecido. Todo son tinieblas y lo más fácil es venirse abajo, tienes miedo....Pero acabas de pasar el kilómetro cuarenta y ni te has enterado. Ves a tu alrededor que muchos se rinden o sucumben, pero tú vas a seguir porque has entrenado para ello. Sin darte cuenta las tinieblas dan paso a lo azul y oyes música celestial. El final está muy cerca, te sigue costando mucho mantener el ritmo, pero lo estás consiguiendo, incluso eres capaz de aumentarlo. Corre con elegancia porque te estarán viendo. Ya  cruzas la línea de meta: Objetivo cumplido. Con las armas que tenías y la estrategia de un general has conseguido hacer tu mejor MARATÓN posible. Enhorabuena.

Está cansado, pero reconfortado. A cualquiera que te vea justo después de llegar, le darán ganas de preguntarte si puede hacer algo por ti, te dará su comida, su abrigo, incluso te ofrecerá su casa, pues puede que des pena. De hecho agradecerás el que alguien te suelte los cordones de las zapatillas y te ayude a dar algún paso. Si te vieras en un espejo puede que tú también te dieras pena: ¡tienes los ojos hundidos y parece que te han comido las piernas!.

Debes abrigarte, beber y comer algo; pero poco a poco. La recuperación va a ser muy rápida, sobre todo después de ducharte y meter en agua fría las piernas. Puede que a tu pareja, al verte así, también le des pena: ¡si es que pareces un saco de huesos!. Y también puede que quiera ponerte a prueba. Pues, nada, seguro que tu puedes demostrar que eres algo más que un esqueleto y que la carrera que has hecho ha sido con las piernas. Y cumplirás. Ya sabes que no debes decir NO a NADA. Tienes que correr muchos MARATONES.


Bueno, ahora os pregunto: ¿es o no es esto una forma de entender la vida y de darle valor al esfuerzo personal?.