Bienvenida

Catoute

domingo, 15 de diciembre de 2013

Confieso


CONFIESO QUE RECIBO AYUDAS EXTERNAS


Confieso que recibo ayudas externas.
Sí, lo confieso. Además, creo que voy a seguir haciéndolo en la medida que pueda.
Puede que tengan efectos secundarios. La verdad es que no me preocupan. Si los tienen seguro que son buenos. Y estoy seguro que puedo dejarlo cuando quiera.
Hace un tiempo que empecé y, la verdad, es que me está yendo bien. Es más, se lo recomendaría a todo el mundo.




Y es que esto de correr, puede parecer fácil, pero hacerlo bien no lo es tanto. Para mi es muy difícil. Y necesito recurrir a otros métodos. Y no me gustaría tener que dejarlos.
Nunca me había planteado el utilizar estas ayudas, pero es que el tiempo pasa y a mis edades los números más que sumar, restan. No me puedo descuidar.

En mi defensa puedo decir que otros también lo hacen y  que también les va bien. Cada vez creo hacerlo mejor. Y cada vez necesito más. Cuando puedo pensar, me digo para mis adentros que no me importa no poder dejarlo.
Los defectos los transformo en retos y las virtudes, si las hay, en el camino para alcanzar lo máximo que pueda dar.

Confieso que recibo ayudas externas.
La principal es tener la posibilidad de que alguien con conocimiento, experiencia, sentimiento, ojo clínico y más paciencia que el santo Job, Youssef, nos dirija en el entrenamiento diario para sacar el máximo de lo poco que uno pueda dar.

Y esto, unido al grupo de gente con el mismo afán, hace que quiera seguir y seguir.